Probablemente hayas escuchado en muchas ocasiones el término branding, pero, ¿realmente sabemos lo qué es y todo lo que engloba? Es posible que no, ya que se trata de un término que engloba muchos aspectos del marketing de un negocio. Sobre todo, porque incluye tanto elementos tangibles como aspectos intangibles, como crear emociones vinculadas a tu marca.
Hace una semana os hablamos de la unión perfecta que se puede lograr entre diseño gráfico y branding. Ahora en este artículo queremos profundizar en las aguas del branding explicando en qué consiste. Además, explicaremos cuáles son los tipos de branding que existen y por qué es tan importante para una empresa crear una estrategia de branding eficaz.
¿Qué es el branding?
El anglicismo branding engloba todo el proceso de construcción y posicionamiento de una marca a través de la utilización, de forma estratégica, de todos los activos de una empresa que se vinculan directa o indirectamente al nombre y diseño del logo de la misma o en general a cualquier elemento identificativo de una marca.
El objetivo del branding es influir de forma positiva en la mente de los empleados y consumidores. Que se sientan parte de una marca o se identifiquen con ella. Esto provocará que compren más sus productos y servicios, que los recomienden a amigos y familiares e, incluso, que defiendan la marca como si fuera suya.
Hace unos años, en Puro Marketing, uno de los medios de comunicación de referencia en el mundo del marketing, ya hablaban de la posibilidad de sentir amor por una marca, sensación conocida como lovemark. ¿Es posible sentir amor por una marca? Pues bien, atendiendo a la definición de amor de la RAE como esa “sensación de afecto, inclinación y entrega hacia algo o alguien” parece que sí, que algunas personas pueden sentir amor por una marca.
En este sentido, uno de los ejemplos de branding más claros, es el de Apple. La marca de la manzana ha conseguido una gran cantidad de fieles que solo compran sus productos y se encargan de defenderlos a “capa y espada” frente a los productos de la competencia.
Tipos de branding
Una vez definido el término branding, vayamos a profundizar más en él. Y es que existen diferentes tipos de branding que una persona o empresa puede aplicar para su marca. Estos son los más importantes a criterio nuestro, aunque pueden existir otros o surgir nuevos tipos de branding con el avance del marketing en nuestro día a día.
Branding corporativo: también conocido como branding comercial. Su objetivo principal es diferenciar una marca del resto de la competencia. Para ello, entre otras cuestiones, la marca debe conseguir tener una personalidad propia y que los consumidores la asocien con conceptos o ideas positivos.
Aquí también podríamos hablar del employer branding, un tipo de branding enfocado a los empleados y no a los consumidores. El objetivo es retener y atraer el talento a tu empresa. Pero también busca que los trabajadores sean felices en su labor y se sientan parte de los éxitos de la marca. Hay que tener en cuenta que los empleados son los primeros clientes de una marca. Y nadie mejor que ellos van a descubrir cómo llegar a los consumidores de forma efectiva.
Personal Branding: el branding personal como su nombre indica es el que va asociado una persona, es decir, lo que proyecta esta en los demás. El branding personal es algo que puede trabajarse para proyectar la imagen de profesionalidad que quieres crear de cara a posibles clientes, compañeros o empleadores.
Branding emocional: ante una competencia cada vez más grande y más feroz, las empresas deben buscar nuevas alternativas para vender más que sus competidores. Por ello, desde hace unos años se ha incidido, por parte de los profesionales de marketing, en la importancia de crear emociones y experiencias asociadas a una marca en la mente de los consumidores. Los clientes al comprar buscan cubrir una necesidad, pero también busca sentirse bien cuando compra y repetirá con aquellas marcas que lo consigan.
Digital branding: el branding digital es clave en cualquier estrategia de marketing de cualquier empresa. La presencia de una marca en redes sociales, el marketing de influencers, el content marketing o el email marketing son fundamentales en cualquier empresa.
Además, existen otros tipos de branding como el político, el social o el country branding. Este último es el utilizado por los países para identificarse como el mejor destino para vacacionar, trabajar o vivir.
¿Qué se considera una estrategia de branding eficaz?
Una estrategia de branding eficaz es aquella que consigue transmitir de forma correcta los valores de una marca y que logra que los consumidores o su público objetivo se sientan identificados con ella. Lo ideal para una empresa es conseguir que se cree un vínculo emocional entre cliente y marca.
En una estrategia de branding, a la hora del diseño de la marca, deben tenerse en cuenta todos aquellos valores diferenciadores de la misma, ya sean tangibles o intangibles. Debe crearse un concepto definido e identificable con una experiencia o sentimiento positivo.
Para que la estrategia sea eficaz, es imprescindible tener claro el público objetivo al que vamos a dirigirnos. Para ello, se puede realizar un estudio de mercado y definir uno o varios buyer persona. Un buyer persona es una representación de un posible cliente ideal. Esto ayuda a definir quién es la audiencia a la que quieres atraer y a humanizar y entender mejor a tus posibles clientes. Todo ello para analizar sus hábitos, sus gustos, sus motivaciones, etc. con la idea de diseñar una marca con la que pueda identificarse.
Una vez tenemos claro quién es el público objetivo y dónde está este, el siguiente paso es crear una identidad visual corporativa y una imagen de marca que logre atraer a este público.
¿Por qué es importante contar con una estrategia?
Una buena estrategia de branding ayudará al crecimiento de la marca y conseguir un incremento en ventas, que finalmente debe ser el gran objetivo. Pero además de este crecimiento en ventas, puede traer otros beneficios a la empresa, como una mayor reputación de la marca o el incremento en la fidelidad de los clientes.
Si los consumidores se sienten identificados con los valores de tu marca, el engagement aumentará y con ello su fidelización. Por tanto, acabarán comprando tus productos o servicios de forma habitual.
Pero además a medio o largo plazo puede permitir a la empresa mayores beneficios, por ejemplo, aumentando los precios. Si tu marca logra crear el suficiente engagement y una serie de vínculos positivos, podrías plantearte subir tus precios. Aquí también hay que tener en cuenta el status con respecto a tu competencia.
Esto es lo que ocurre con marcas consideradas de alto standing como Gucci, Loewe o la mencionada Apple.
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